
lunes, 8 de enero de 2007
Curso 28 de Lanceros

A juzgar por el tamaño de sus uniformes, a estos Lanceros les sobran tres tallas (o quizás la sacada de “pomada” en la Escuela de Lanceros les exprimió la proteína de dotación). Por fortuna hay una valla que sirve para que Edgar Caicedo apoye su anémica anatomía, mientras que su compañero “Lanza”, Carlos Espinosa, le pone el pecho a la cámara, en posición de ¡Al asalto!
domingo, 7 de enero de 2007
Vacaciones en Chelenchele.

De izquierda a derecha: Mendoza, Focazzio, Medina, Porras, Montoya y Pérez .
Septimazo dominguero.
jueves, 4 de enero de 2007
1962: Un año inolvidable.
Por: Armando Caicedo
¡Qué año tan intenso!
A juzgar por las señales celestiales, éste 1962 pintó desde el comienzo como un año inolvidable: el 2 de febrero se alinearon 8 de los 9 planetas del sistema solar, fenómeno tan extraño, que no ocurría desde los tiempos del descubrimiento de América.
Un mes antes, el 2 de enero, el encantador Papa Juan XXIII, metió la mano en la política internacional y excomulgó al mismísimo Fidel Castro, por ateo. Por esos mismos días el Vaticano prohibió que en las escuelas católicas se bailara el “twist” por ser “impuro” y el Presidente Kennedy ordenó el bloqueo económico de Cuba.
A fines de febrero, la guerra en Vietnam se empezó a calentar. El 27 bombardearon el palacio del Presidente de Vietnam del Sur, Ngo Dinh Diem, y murió el primero de los 58.226 norteamericanos que dejó el conflicto.
El 9 de marzo, el duro coronel Nasser, presidente de Egipto, declaró que Gaza pertenecía a los Palestinos.
Colombia se paralizó. Era la primera ocasión que nuestra Selección de fútbol participaba en un Mundial de Fútbol. El 3 de junio se enfrentó en Arica, Chile, contra la poderosa escuadra de la Unión Soviética. A la altura del minuto 68 perdíamos por un marcador humillante: 4-1. Pero entonces, sucedió el milagro. En los 22 minutos finales vencimos en tres oportunidades la valla del ruso Lev Yashin, apodado la “araña negra”, el mejor arquero de todos los tiempos. Ese 4-4 final lo padecimos, en directo, gracias a la radio. Aún no se transmitía la TV internacional en directo. Pero ojo, no nos ubiquen en la prehistoria. Un mes más tarde quedamos boquiabiertos al conocer la primera transmisión en directo de una señal de TV entre Europa y América, vía el satélite Telstar I.
Por la misma época los sudafricanos padecían la cruel segregación racial y Nelson Mandela aparecía en carteles como el terrorista más buscado por los británicos.
El 7 de agosto acudimos en uniforme de gala al frente del Capitolio Nacional, para rendir honores al nuevo Presidente de Colombia, el conservador Guillermo León Valencia. A juzgar por su kilométrico discurso -que se prolongó hasta bien entrada la noche- a este hidalgo vástago de Popayán se le pegó la aguja. Lo cierto es que ajustamos siete horas en disciplinada formación sobre los relucientes adoquines de la recién remodelada Plaza de Bolívar de Bogotá, arrullados por el ronroneo de su inagotable retórica.
A las dos semanas nos llegó la noticia que en París intentaron asesinar a De Gaulle, Presidente de Francia (atentado que luego será llevado al cine como “El Día del Chacal”). Dos años más tarde, este legendario presidente francés será recibido en Bogotá, por nuestro Presidente Valencia, con el brindis: “Viva España y su Presidente el General De Gaulle”.
El 1 de septiembre quedamos sorprendidos, con el anuncio de Naciones Unidas que ya “éramos tres mil millones de habitantes sobre la Tierra” (hoy, 45 años más tarde, ya somos seis mil quinientos millones).
El 11 de octubre el Papa Juan XXIII instaló el Concilio Vaticano II, al que asistió nuestro Cardenal Concha. En los siguientes años se cambió –para siempre- muchos de los ritos religiosos que conocimos de niños.
En los últimos días de octubre, la paz del mundo pendió de un hilo, con la “crisis de los misiles en Cuba”, la más grave amenaza de una confrontación nuclear entre Rusia y Estados Unidos. La crisis se originó por el acuerdo entre Nikita Krushev y Fidel de instalar en Cuba misiles con cabezas nucleares, apuntando a territorio estadounidense.
El periodista García Márquez publicó en México sus “Funerales de la Mama Grande” y unos mechudos de Liverpool, Inglaterra, grabaron su primer disco bajo el nombre de los “Beatles".
Cerca al final de ese año, Fidel liberó a los 1.113 exiliados cubanos hechos prisioneros un año atrás, durante la fallida invasión de Bahía de Cochinos, mientras el doctor Gabriel Ochoa colocaba a Millonarios como el mejor equipo de fútbol de Colombia (entre 1959 y 1964 ganó 5 de los 6 campeonatos disputados, 4 de ellos consecutivos).
Y, como remate para este maravilloso 1962, el 26 de noviembre desfilaron, por el campo de paradas de la Escuela Militar de Cadetes de Colombia, 142 alféreces para recibir, de manos del Presidente Valencia, el sable de oficiales del Ejército y su primera estrella de subtenientes. Este ascenso del Curso de Oficiales “General Joaquín París” empezó a regir -para todos los efectos legales- incluido el sueldo de $900 pesos, cuatro días más tarde, el 1 de diciembre.
Sin duda, este 1962 resultó inolvidable.
¡Qué año tan intenso!
A juzgar por las señales celestiales, éste 1962 pintó desde el comienzo como un año inolvidable: el 2 de febrero se alinearon 8 de los 9 planetas del sistema solar, fenómeno tan extraño, que no ocurría desde los tiempos del descubrimiento de América.
Un mes antes, el 2 de enero, el encantador Papa Juan XXIII, metió la mano en la política internacional y excomulgó al mismísimo Fidel Castro, por ateo. Por esos mismos días el Vaticano prohibió que en las escuelas católicas se bailara el “twist” por ser “impuro” y el Presidente Kennedy ordenó el bloqueo económico de Cuba.
A fines de febrero, la guerra en Vietnam se empezó a calentar. El 27 bombardearon el palacio del Presidente de Vietnam del Sur, Ngo Dinh Diem, y murió el primero de los 58.226 norteamericanos que dejó el conflicto.
El 9 de marzo, el duro coronel Nasser, presidente de Egipto, declaró que Gaza pertenecía a los Palestinos.
Colombia se paralizó. Era la primera ocasión que nuestra Selección de fútbol participaba en un Mundial de Fútbol. El 3 de junio se enfrentó en Arica, Chile, contra la poderosa escuadra de la Unión Soviética. A la altura del minuto 68 perdíamos por un marcador humillante: 4-1. Pero entonces, sucedió el milagro. En los 22 minutos finales vencimos en tres oportunidades la valla del ruso Lev Yashin, apodado la “araña negra”, el mejor arquero de todos los tiempos. Ese 4-4 final lo padecimos, en directo, gracias a la radio. Aún no se transmitía la TV internacional en directo. Pero ojo, no nos ubiquen en la prehistoria. Un mes más tarde quedamos boquiabiertos al conocer la primera transmisión en directo de una señal de TV entre Europa y América, vía el satélite Telstar I.
Por la misma época los sudafricanos padecían la cruel segregación racial y Nelson Mandela aparecía en carteles como el terrorista más buscado por los británicos.
El 7 de agosto acudimos en uniforme de gala al frente del Capitolio Nacional, para rendir honores al nuevo Presidente de Colombia, el conservador Guillermo León Valencia. A juzgar por su kilométrico discurso -que se prolongó hasta bien entrada la noche- a este hidalgo vástago de Popayán se le pegó la aguja. Lo cierto es que ajustamos siete horas en disciplinada formación sobre los relucientes adoquines de la recién remodelada Plaza de Bolívar de Bogotá, arrullados por el ronroneo de su inagotable retórica.
A las dos semanas nos llegó la noticia que en París intentaron asesinar a De Gaulle, Presidente de Francia (atentado que luego será llevado al cine como “El Día del Chacal”). Dos años más tarde, este legendario presidente francés será recibido en Bogotá, por nuestro Presidente Valencia, con el brindis: “Viva España y su Presidente el General De Gaulle”.
El 1 de septiembre quedamos sorprendidos, con el anuncio de Naciones Unidas que ya “éramos tres mil millones de habitantes sobre la Tierra” (hoy, 45 años más tarde, ya somos seis mil quinientos millones).
El 11 de octubre el Papa Juan XXIII instaló el Concilio Vaticano II, al que asistió nuestro Cardenal Concha. En los siguientes años se cambió –para siempre- muchos de los ritos religiosos que conocimos de niños.
En los últimos días de octubre, la paz del mundo pendió de un hilo, con la “crisis de los misiles en Cuba”, la más grave amenaza de una confrontación nuclear entre Rusia y Estados Unidos. La crisis se originó por el acuerdo entre Nikita Krushev y Fidel de instalar en Cuba misiles con cabezas nucleares, apuntando a territorio estadounidense.
El periodista García Márquez publicó en México sus “Funerales de la Mama Grande” y unos mechudos de Liverpool, Inglaterra, grabaron su primer disco bajo el nombre de los “Beatles".
Cerca al final de ese año, Fidel liberó a los 1.113 exiliados cubanos hechos prisioneros un año atrás, durante la fallida invasión de Bahía de Cochinos, mientras el doctor Gabriel Ochoa colocaba a Millonarios como el mejor equipo de fútbol de Colombia (entre 1959 y 1964 ganó 5 de los 6 campeonatos disputados, 4 de ellos consecutivos).
Y, como remate para este maravilloso 1962, el 26 de noviembre desfilaron, por el campo de paradas de la Escuela Militar de Cadetes de Colombia, 142 alféreces para recibir, de manos del Presidente Valencia, el sable de oficiales del Ejército y su primera estrella de subtenientes. Este ascenso del Curso de Oficiales “General Joaquín París” empezó a regir -para todos los efectos legales- incluido el sueldo de $900 pesos, cuatro días más tarde, el 1 de diciembre.
Sin duda, este 1962 resultó inolvidable.
Capítulo USA

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